Tengo un malestar en el pecho que no logro comprender. Ni siquiera puedo explicarlo. Es más, no sé ni qué hago escribiendo, si no sé qué voy a decir... Supongo que desahogarme, como siempre... Siento que podría llorar cada minuto, que tengo motivos de sobra aunque no me pare a pensar demasiado en ellos. Otro método de protección: no pienses en aquéllo que te hace daño... Menuda gilipollez. ¿Cómo si no sabemos que estamos vivos? El sufrimiento es la señal irrefutable de que lo que sentimos es real...
Sentimientos...
Já. hoy no hablaré de sentimiento, que ya he visto que con ellos no puedo contar. Hablaré de sensaciones, de la forma en que tiemblo cuando me pones nerviosa, de la forma en que me miras cuando parece no existir más mundo detrás de nuestras cuatro paredes, de la sonrisa que se dibuja en tus labios cuando dices que te resulta graciosa mi cara, y de la que se dibuja en los míos cuando me doy cuenta de que la tuya no es tan diferente; hablaré de la manera en que paso mis dedos por tu espalda, y de cómo tu piel reacciona poniéndose de gallina; hablaré de tus ojos, que sonríen cuando te aparto el pelo de la cara, aunque intestas que parezcan mucho más duros... Hablaré de cada golpe que te doy y que me das, que no es igual que cuando se los doy a cualquier otro; también de la vergüenza que trato de dominar cada vez que me miras, o incluso de lo mucho que odio que no lo hagas.
Hablaré de ti y de mí, aunque no pueda hablar de un "nosotras"
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