lunes, 30 de abril de 2012

Delirious

Estaban tumbadas en la cama. Lune le hizo mirar a aquel cuadro que había en la cabecera para así poder ver la brecha de la barbilla de Dánae.
-Espera... - dijo Dánae, mientras Lune pasaba el algodón por el corte.
-No te muevas...
-Pero es que duele...
Arrastraba las palabras e incluso las letras, sin ser plenamente consciente de lo que decía.
-Normal, es un golpe muy feo. Estate calladita, ¿vale?
Guardó silencio unos segundos, mirando a Lune mientras ésta se concentraba en la herida.
-Te quiero
Ella sonrió, sin alzar la vista del algodón.
-Y yo a ti, ya lo sabes
-¡Pero es en serio!
-Lo sé, pero tienes que callarte para que te pueda curar.
Volvió a callarsr unos segundos.
-Quiero estar contigo.
-Ya estás conmigo, ¿no lo ves? -y le volvió a acercar el algodón al corte.
-No... Eso ya lo sé... Pero digo... Para siempre.
Lune sonrió y presionó una vez más el algodón contra la herida
-¡Au!
-Quejica...

viernes, 20 de abril de 2012

Nothing like you

Puede que sean sus ojos. Tal vez su sonrisa... Si, puede que sea eso. La verdad, no podría afirmar abiertamente nada. Tal vez sea recordar cómo su mano rodeaba mi cintura por las mañanas, o la idea de que, al quedarme dormida, ella se quedase solo mirándome... Quién sabe. Puede que sea la forma en que me susurra mil y una palabras al oído, o la manera que tiene de sonreír, y que su sonrisa sea mi "todo". Puede que sea cómo camina, o cómo no-baila. Puede que sea su forma de mirarme, o tal vez la manera de coger el cigarro entre los dientes.

A lo mejor, es solo esa sonrisa. A lo mejor, es solo esa mirad.
A lo mejor es una mezcla de todo.

Puede que sean sus secretos, sus mil facetas. Puede que sea su pelo, su cuerpo, sus olor. Tal vez tan solo son sus besos. Puede que sea esa manera de posar cuando tengo una cámara entre mis manos, esa sonrisa entre tímida y atrevida que no mira al objetivo...
Puede que sean sus caricias, sus dedos entre los míos, sus piernas enredadas en mis sabanas. Puede que sea su recuerdo, su simple respiración... O tal vez el hecho de existir.


Ayer me preguntaron que por qué la quería. Que por qué ella y no otra...
Y aquí me tenéis, un día después, sin haber encontrado ni una respuesta, ni una salida

miércoles, 18 de abril de 2012

You... With me

No se cansaba de mirarla. Una y otra vez, como volviendo a un sueño del que no se deberia despertar jamas, Lune encendia el movil y abria una de esas ultimas fotos que habian hecho. Se detenia siempre en la misma, aunque intentase verlas todas. Siempre en la misma. Habia algo en esa foto que hacia que Lune se estremeciese, que le hacia verse sacudida por una de esas oleadas de temblores nerviosos que a veces, cuando estaba a su lado, le daban. De los ojos de Danae, grandes, oscuros, solo se dejaba ver uno, el otro oculto bajo un pelo tirando a despeinado, pero la verdad es que la mirada se adivinaba. No miraba a la cámara, sino a Lune mientras ésta hacia la foto, dibujandose en su rostro una sonrisa como nunca habia visto. Era una sonrisa de verdad, se decía Lune, y me la esta dedicando a mi. Sin saber muy bien por qué lo hacía, dejó el movil encima de la almohada, con aquella foto abierta...tal vez para tenerla cerca mientras dormia... O tal vez para tener la tranquilidad de que, como en las noches anteriores, seria su sonrisa lo ultimo que veria antes de dormir, y lo primero al despertar...

jueves, 12 de abril de 2012

... And never come back

Porque había sido demasiado doloroso para ella, pensó. Porque Ronna le había entregado toda su vida, mientras que para él su relación había pasado en un suspiro.
Y no era justo. No habían puesto en juego las mismas cosas. Ronna le había dedicado toda su juventud y él ni siquiera había podido darle la familia que ella tanto deseaba.
Pero aún estás a tiempo, Ronna , pensó.
Se levantó y se alejó hacia lo más profundo del bosque. Nadie le prestó atención porque todos tenían algo que hacer. Mejor, se dijo Fenris. Eso lo hará más fácil.
Cuando ya se había internado en la espesura, oyó una voz a su espalda.
-Te marchas, ¿verdad?
Se volvió. Era Rua.
-¿Cómo lo has sabido?
-Porque sé que quieres a mi hija. Y la abandonas para darle una oportunidad de ser feliz. ¿Crees que es lo correcto?
-No es lo que quiero -confesó Fenris-, pero sé que es lo que debo hacer.
La anciana asintió gravemente
-Cuenta la leyenda -dijo entonces- que, en tiempos de necesidad, Fenris vino y nos salvó de los lobos. Y después se fue sin despedirse, pero nos entregó su bendición y nos hermanó con los animales que antes habían sido nuestros enemigos. ¿Recuerdas la historia, muchacho?
-Eso pasó hace mucho tiempo.
-Pero la historia vuelve a repetirse. Dentro de un par de generaciones, la Tribu del Lobo recordará tu nombre y te convertirás en una leyenda.
Fenris inclinó la cabeza y sonrió a su pesar, pero no dijo nada. Entonces Rua le tendió algo.
-Toma. Era de ese hombre. No sé qué es, pero quizá signifique algo para ti.
Fenris lo cogió, era un pergamino.
-Tal vez. Muchas gracias, Rua.
-Buen viaje, Fenris. Y que los lobos aúllen por ti las noches de luna llena...
La anciana desapareció en la oscuridad del bosque
(...)
Entonces, sentado junto a la hoguera, desenrolló el pergamino y le echó un vistazo. Era el contrato del cazador. El documento estaba viejo y ajado, pero el escudo de la Casa del Río seguía allí, y también se leía claramente la descripción del licántropo que había que matar, un joven elfo de ojos ambarinos y cabello de color cobre, cuyo nombre era An-Kris de los Robles o Ankris del Paso del Sur. (...) Sonriendo, acercó el documento al fuego y dejó que se lo llevaran las llamas. Y, mientras aquel último vinculo con su pasado desaparecía entre el fuego, alzó la cabeza, miró a las estrellas y aulló...

viernes, 6 de abril de 2012

The Pretty Reckless

    Ella era así. Alocada, libre, pura. Le gustaba vivir la vida al límite. Bebía, fumaba, no se preocupaba. Total, ¿para qué? La existencia de cada uno es incluso más corta que la del anterior, y así sucesivamente... Por eso hay que vivir. Y ella lo sabía. Por eso bebía, fumaba y no se preocupaba. Por eso dejaba todo lo que no consideraba importante para otro momento, por eso aprovechaba cada segundo. Dejaba que la Ella del futuro se ocupase de todo eso, cagándose en los muertos de la Ella del pasado por no haber hecho las cosas en su momento. Y es que ella era así. Alocada, libre y pura. Salía y lo daba todo, con la botella de Vodka, tal vez de Jack, en la mano, corriendo por la calle, o andando de extremo a extremo de la acera, en un vaivén imposible de predecir... Y es que así era ella, impredecible dentro de un patrón de comportamiento alocado, temerario, vividor... Tal vez por eso la llamaban así...

Ella,
La preciosa temeraria...

You have made me weak

    -Joder, te quiero... Ahora es cuando dices...
    -No te muevas
    -Ese es JJ
    -Sus caras... detrás de la piel
    -¿De la piel?
    -Entre este mundo y el siguiente... Sus dientes y garras  están saliendo, tratando de atravesar...
    -¿No te dejarías algo en el taxi?
    -¿Como un pedo o algo así?
    -No, como una etiqueta, o algo así
    -Una etiqueta con tu cara en ella... Aquí. Un agujero que arregla el mío. En el momento en el que te vi,supe que sería el más cercano para llegar a estar... cerca... No sabía qué hacer con ese sentimiento... Felicidad...
    -Effy, escucha, eres la que más cerca está... Yo nunca...
    -Pero ellos lo saben ahora, y están hambrientos. De verdad, están jodidamente hambrientos. Porque todo este tiempo lo supe, me estuvieron persiguiendo. Y ahora están listos, ahora son lo suficientemente fuertes como para pasar... Y no puedo pelear contra ellos... Antes era capaz cuando era fuerte, pero... Me has hecho débil... Y ahora no puedo, no puedo...

jueves, 5 de abril de 2012

Pacto

    A día de hoy, la gente -es decir, los jóvenes- se sigue moviendo por el mismo ámbito de mierdas. Alcohol, drogas y sexo. Todos lo sabemos. ¿Qué coño? Es un mundo que todos, en mayor o menor medida, disfrutamos, sea de una manera o de otra. El otro día, cuando le pedí a mi madre permiso para salir y quedarme en casa de una amiga a dormir, el giro que pegó la conversación me pilló desprevenida.


    -No - había dicho ella.
    -¿Por qué no? Venga, mañana hay huelga, no tengo clase hasta a última y ni siquiera voy a ir, que quiero ir a la manifestación.
    Mi hermana, que contemplaba la escena, intervino con una carcajada.
    -Sí, claro, a la manifestación. ¿Y qué es lo que vas a reclamar?
    -Justicia. Por todo. Por la mierda de gobierno que están llevando a cabo, por la reforma laboral, por...
    -¡La reforma laboral! No voy yo, que estoy en paro, y vas a ir tú, que aún estudias. ¡No te jode!
    -Bueno, pues ahí está la diferencia entre tú y yo. Si no quieres ir, no vayas. Yo iré.
    -No, hija - habló mi madre, al ver que yo subía el tono a un nivel cercano al de "cállate, gilipollas" -, es que lo que me estás pidiendo es que te dé permiso para echar un polvo.
    -¿¡Qué!? Hay que joderse...
    -Bueno, mira la parte positiva - volvió a entrar mi hermana -, no te tienes que preocupar de que se quede embarazada...

    Si hubiese estado a solas con ella, sin mi hermana con su título de EhQueHeTerminadoLaCarreraYMeValgoPorMíMismaComoUnaAdultaDeVerdad tocando la moral de fondo, le habría dicho la verdad. Le habría dicho que no, que no me estaba dando permiso para echar un polvo. Le habría dicho que querer a alguien va más allá del sexo... Y sí, a mí, como a todos, me gusta. Y al que no, es un raro del cojón... Pero puedo vivir sin él. Porque no necesito "echar un polvo". Necesito estar con la persona a la que quiero. Necesito su sonrisa, su mano agarrando la mía; necesito encontrarme su mirada cuando nadie se da cuenta, o cuando todos nos miran. Necesito estar a su lado, respirar el aire que respira; necesito sus bromas, y sus labios.
    La necesito a ella. No como una posesión... No como alguien que me da sexo. La necesito como alguien que quiere estar a mi lado a cualquier precio... Porque sí, pasé la noche con ella. Y, para la información de todos los curiosos, me quedé dormida en el sofá cuando todos estaban bebiendo y me desperté con ella, dormida, abrazada a mí. Se despertó, me besó y me dijo que me quería. Y, manda narices que diga yo esto, pero eso es lo único que necesito. A la mierda los prototipos tipo "las relaciones homosexuales son mucho más pervertidas que las heterosexuales" o "si es que entre los homosexuales hay mucho vicio"...
    Los sentimientos van más allá que echar un simple polvo. Y sólo por eso, por esas palabras que un día ella me dijo... Ganaré la apuesta.


-¿Que soy mala estudiante? Sí
¿Que soy mala influencia? Puede
Pero yo también tengo sentimientos
Y... jo... te quiero...
-¿Sabes? Si a mí eso último es lo
único que me importa, mi madre
es lo primero que tendría que tener
en cuenta. 



Y si no, es su problema...
No el nuestro.  

martes, 3 de abril de 2012

Sleeping




    Es algo que se suele necesitar. Lo llaman Primera Necesidad... Nadie podría vivir sin dormir, y a la mayoría les gusta demasiado hacerlo. Yo soy de ésas últimas. Adoro dormir, soñar... Me encanta. Es un mundo aparte, en el que somos nuestros únicos dueños, donde somos lo único que importa. Allí, cada uno es dueño de sus actos, cada uno juega con su subconsciente de la mano, compartiendo secretos que probablemente no se recordasen cuando el Sol les hiciese abrir los ojos. No deja de ser una realidad paralela, en la que todo lo que queremos, añoramos, odiamos o deseamos se mezclan en una coctelera de color negro noche, subyugada a su vez por lo que nuestra mente nos pide. Es ese mundo que nadie puede estropear...

    Nadie debería renunciar a sus sueños, nadie debería dejarlos atrás, ni menospreciarlos. No se debe infravalorar lo que ocurre en ese mundo, ni tampoco pensar que los sueños sueños son, pues este mundo y aquél están más cercanos de lo que podemos creer y lo que pasa en los sueños... ¿Quién sabe? Tal vez no sea tan disparatado pensarlo como una realidad alternativa, como una posibilidad a contemplar.


Por eso nadie debería renunciar a dormir, ni a soñar.


Sin embargo, hay veces en las que se sueña estando despiertos, en las que un simple sueño no estaría a la altura del momento y lo único que podemos hacer es echar mano de un insomnio voluntario para aporrear el teclado durante toda la noche, sintiéndote en otro mundo, y esperar que, al dormir, del primero al último segundo de nuestros sueños vayan a ser para ella...






Y si no, obligarlos a que lo sean.

lunes, 2 de abril de 2012

Unlimited




    Siempre he creído que sólo había una forma de querer. Es decir, que, si quieres a alguien, sólo hay una forma de quererle: Queriendo. ¿No sería lógico?
    No soy una persona que quiera a la gente. Cojo cariño con cierta facilidad, eso no lo niego, pero palabras como QUERER o AMAR siempre me han quedado grandes... O eso creía. Hoy me he dado cuenta de cómo cambia la forma en la que ves a quien quieres según el grado de "aceptación" en el que estén tus sentimientos. En mi caso, al principio, una simple sonrisa solo se me contagiaba; más tarde, me podía quedar mirándola todo el tiempo con la misma cara de estúpida; después, esa sonrisa, o una mera carcajada, me podían simplemente alegrar el día; hasta que llegó un momento en el que directamente me enamoré tanto de su sonrisa como de ella. [Enamorarse... Qué verbo más grande.] Y hoy realmente me he dado cuenta de que puede que haya superado incluso ese punto. Porque ha sido oírla reír cuando le he dicho un te quiero más, con esa risa suya que sabe que adoro, y... Todo se ha ido. Creo que he llegado al punto de que necesito su sonrisa... De que la necesito a ella... Hasta un punto ilimitado...




.. Como un doble infinito

Before the sun rises







    Estaba al otro lado de la línea, sin saber si colgar, o si no. Aunque si fuese por querer, alargaría aquella conversación hasta que el sol terminase de salir en los cielos de las dos, diferencia horaria incluida, sin preocuparse por un despertador que no tendría ninguna función ese día. No tenía ni idea de cómo alargar aquel momento, puede que tampoco Dánae la tuviese, pero, de vez en cuando, sólo se quedaban calladas, como dejando que pasasen los segundos y así darle un pequeño margen de tiempo al Sol de salir y sorprenderlas. Lune cerró los ojos mientras al otro lado del teléfono Dánae pronunciaba un tenue “te quiero”, que precedería sin duda alguna a un “adiós”. Por un segundo, con los ojos cerrados, la sintió. Sonará raro, o puede que incluso incoherente, pero lo cierto es que, por un momento, sintió tenerla al lado, agarrándola de la mano, susurrándole todas aquellas cosas al oído en tímidos secretos que jamás saldrían de allí.
    Como una visión, o un recuerdo, Lune se llevó su mano instintivamente a los labios para dejarle un suave beso en el dorso, como a veces hacía. Abrió los ojos y la sensación de recuerdo desapareció.  Sin embargo y con todo, dentro de ella permaneció ese no-sé-qué que la absorbía e inundaba de pies a cabeza cuando ella estaba cerca, cuando acariciaba su cara, cuando cerraba los dedos entre los suyos... Cuando la miraba... Sí, Lune conocía bien esa sensación y sabía quién la causaba, y por qué.


    Puede que, por eso, no se le hiciese tan raro imaginar que ella estaba a su lado cuando, a fin de cuentas, lo que más quería en el mundo era observar cómo se perdía entre sus sábanas...




[Entonces cogió el papel, y se puso a escribir...]