viernes, 6 de abril de 2012

The Pretty Reckless

    Ella era así. Alocada, libre, pura. Le gustaba vivir la vida al límite. Bebía, fumaba, no se preocupaba. Total, ¿para qué? La existencia de cada uno es incluso más corta que la del anterior, y así sucesivamente... Por eso hay que vivir. Y ella lo sabía. Por eso bebía, fumaba y no se preocupaba. Por eso dejaba todo lo que no consideraba importante para otro momento, por eso aprovechaba cada segundo. Dejaba que la Ella del futuro se ocupase de todo eso, cagándose en los muertos de la Ella del pasado por no haber hecho las cosas en su momento. Y es que ella era así. Alocada, libre y pura. Salía y lo daba todo, con la botella de Vodka, tal vez de Jack, en la mano, corriendo por la calle, o andando de extremo a extremo de la acera, en un vaivén imposible de predecir... Y es que así era ella, impredecible dentro de un patrón de comportamiento alocado, temerario, vividor... Tal vez por eso la llamaban así...

Ella,
La preciosa temeraria...

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