lunes, 2 de abril de 2012

Before the sun rises







    Estaba al otro lado de la línea, sin saber si colgar, o si no. Aunque si fuese por querer, alargaría aquella conversación hasta que el sol terminase de salir en los cielos de las dos, diferencia horaria incluida, sin preocuparse por un despertador que no tendría ninguna función ese día. No tenía ni idea de cómo alargar aquel momento, puede que tampoco Dánae la tuviese, pero, de vez en cuando, sólo se quedaban calladas, como dejando que pasasen los segundos y así darle un pequeño margen de tiempo al Sol de salir y sorprenderlas. Lune cerró los ojos mientras al otro lado del teléfono Dánae pronunciaba un tenue “te quiero”, que precedería sin duda alguna a un “adiós”. Por un segundo, con los ojos cerrados, la sintió. Sonará raro, o puede que incluso incoherente, pero lo cierto es que, por un momento, sintió tenerla al lado, agarrándola de la mano, susurrándole todas aquellas cosas al oído en tímidos secretos que jamás saldrían de allí.
    Como una visión, o un recuerdo, Lune se llevó su mano instintivamente a los labios para dejarle un suave beso en el dorso, como a veces hacía. Abrió los ojos y la sensación de recuerdo desapareció.  Sin embargo y con todo, dentro de ella permaneció ese no-sé-qué que la absorbía e inundaba de pies a cabeza cuando ella estaba cerca, cuando acariciaba su cara, cuando cerraba los dedos entre los suyos... Cuando la miraba... Sí, Lune conocía bien esa sensación y sabía quién la causaba, y por qué.


    Puede que, por eso, no se le hiciese tan raro imaginar que ella estaba a su lado cuando, a fin de cuentas, lo que más quería en el mundo era observar cómo se perdía entre sus sábanas...




[Entonces cogió el papel, y se puso a escribir...]

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