miércoles, 2 de noviembre de 2011

Suicidio

[Secondhand Serenade - Suppose]





    La multitud se amontonaba por los cuatro costados del descampado. Era sábado por la noche, toda la ciudad estaría allí, incluída Dánae. Lune lo sabía, y también sabía que ése era el momento que estaba esperando, que era un suicidio, pero que no tendría otra oportunidad. Era ahora a nunca. Lune se adentró en el bullicio de gente y, entre el barullo de cientos de personas bebiendo y hablando,  se paró en seco y tomó una bocanada de aire. Le pegó una última calada al cigarro y lo tiró al suelo. Ella no fumaba, pero a Dánae siempre le había gustado verla con un cigarro en la mano, y eso era motivo suficiente para coger, de vez en cuanto, un pitillo o dos.  Pisó la colilla y le dio a un botón del bulto que llevaba en la mano. Subió el volumen al máximo y alzó el altavoz portátil cuan alto pudo. Las notas de Secondhand Serenade comenzaron a invadir el lugar. La gente se giró para mirarla, pero ella mantuvo la vista fija al frente, esperando ser oída sólo por una persona. Pronto, los murmullos de la multitud se apagaron y todas las miradas se encendieron, clavadas en Lune. La música seguía sonando, y nada ocurría. La canción estaba a punto de acabar y el rostro impasivo de Lune se vio ligeramente alterado por una brisa de pena.  Trató de mantenerse serena. Tres minutos justos de canción, y nada ocurría.


    Los murmullos volvieron, sólo en una dirección, y Lune bajó un segundo la mirada, temiendo que ella no hubiese escuchado la canción. Cuando la alzó, su rostro se mostró, de nuevo, impasible. Se topó de golpe con la mirada de Dánae, que acababa de salir de allí, de entre la multitud. Sus ojos estaban fijos en ella y respiraba entrecortadamente. Lune sonrió un segundo y la canción se terminó. Bajó el altavoz hasta dejar el brazo colgando. Dánae se acercó a ella. Mucho. Lune se encogió de hombros

    -Te... quiero...
    Dánae entrecerró los ojos y se puso seria un segundo.
    -¿Sabes lo condenadamente lejos que estaba...?

    Y, sin decir nada más, la besó. Lune dejó caer el altavoz para agarrar su cintura y, con los coros de una multitud que volvía a beber, le correspondió una vez más a un beso que, por primera vez, no había empezado ella.


[Y del altavoz comenzó a sonar la siguiente canción del CD, "Maybe"... El mismo "maybe" que un día Dánae le dijo, borracha, en un callejón cualquiera...]





2 comentarios:

¡Patry! dijo...

Dios mío. Creo que voy a llorar si no estoy en llanto ya. Me encanta tu forma de escribir es impresionante de verdad. Te sigo desde YA!
yO TAMBIÉN TENGO UN BLOG corretraselviento.blogspot.com, Pásate si tienes un ratín.
Unbeso

Delia dijo...

Oh, gracias :)