sábado, 4 de agosto de 2012

Viernes 27 de abril... resubida

Empújame contra la pared, tírame al suelo. Agárrame por las muñecas, no dejes que me mueva. Y aráñame, muérdeme, apriétate contra mí con tu dulce fuerza. Arráncame los gritos, sin darme oportunidad a hablar. Rodeame con tus piernas, a la altura de la cintura; suspira alto, o grita. Pasa tu lengua por mi cuello y que tus dientes se cierren sobre mi piel. Sin miedo, con tiempo. Exprimir cada segundo a tu lado, cada golpe del cabecero contra la pared. Y que te dé igual todo, que la noche -o el día- empiece en ti y acabe en mí, sin saber en qué punto de dos movimientos hechos uno solo deja de ser tu cuerpo y pasa a ser el mío. Fundirse. Y aráñame, muérdeme, grítame.

Y con un suspiro más alto que otro, con un grito ahogado desde dentro, hazme tuya...

No hay comentarios: