miércoles, 22 de agosto de 2012



   Hacía tiempo que se había hecho de noche en aquella azotea. Los platos estaban vacíos y las velas, que finalmente habían logrado sobrevivir al viento, casi consumidas por completo. Dánae se levantó, y Lune se acercó hasta ponerse a su lado.

    ¿Te ha gustado tu sorpresa?
    Ella sonrió y la besó, pasando sus brazos alrededor de su cuello.
    Me ha encantado.
    Sabes... Lo de antes... Todo lo del blog y eso... Tiene un sentido, un fin.
    ¿Ah sí?
    Ahá. Era una declaración de intenciones... Y todavía espero mi respuesta.
    ¿A qué pregunta?
    Dudó un segundo y se separó de ella medio milímetro.
    Cásate conmigo
    Ella abrió los ojos cuanto pudo un instante.
    ¿Va en serio?
    Claro. Cásate conmigo.
    Dánae sonrió al momento, con una sonrisa que Lune jamás había visto en ella, y se echó a sus bazos, rodeándola con ellos y acercándola más a sí.
    Sí, quiero.
    Fue Lune quien se sorprendió entonces
    ¿Te casas conmigo?
    Y sin quitar esa sonrisa, la volvió a besar.


    Me caso contigo.



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