Sentada en la misma postura y con una camiseta que no era de su talla, Alice esperó a que las notas de la guitarra sonasen mientras el teléfono, a unos metros de ella, vibraba. Los segundos se le hacían minutos y los minutos, horas. El móvil comenzó a sonar entonces y Whiskey Lullaby inundó el pequeño salón. Se levantó con tal rapidez que ni cuatro notas llegaron a sonar. Se quedó de pie, en medio de la alfombra nueva que tanto le gustaba, con los pies hundidos en sus suaves pelos, sintiendo a Katy deslizándose entre sus piernas y su ronroneo contínuo. La sonrisa que se dibujó en su cara no era grande, tampoco especialmente bonita, tan solo era una sonrisa dulce, llena de felicidad contenida que, aunque tímida, se atrevía a mostrar un poquito de su grandeza en los labios de ella. Contestó brevemente, no queriendo parecer pesada y dejó el móvil donde estaba, a varios metros de ella. Tal vez para no parecerse a si misma demasiado desesperada, tal vez para mentirse de nuevo sobre la importancia que le daba a aquellos mensajes, o tal vez una mezcla de las dos, se sentó de nuevo en el sofá, esperando a que el teléfono volviese a sonar, con Katy acariciándole las piernas, con los pies hundidos en los pelos de la alfombra, con esa camiseta que no era de su talla...A.
Siempre Yachi :)
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