miércoles, 6 de abril de 2011

Esclavos de la Luna

   
-Señor Twist, en ningún momento le he tomado por loco –no pareció molestarle que le tratase de usted-, de hecho, le creo más de lo que usted piensa, hágame caso, estoy en esto con usted.
    -Nadie está en esto conmigo. Ni siquiera Amanda me cree. Tantos años conmigo y... ni siquiera ella me cree... ¡Amanda! ¿Por qué no me crees...? Ya no me quieres, ¿verdad? ¿Es eso?–Empezó a lloriquear por lo bajo, como un niño asustado al que sus padres no creen. Aún gimoteando, me miró, con unos ojos carecientes de vida y con una sonrisa realmente terrorífica–Pero usted me cree, ¿no?, sí, usted me cree, eso es bueno, eso es que no estoy loco, lo vi, lo vi, John, yo lo vi –Comenzó a reírse de una forma bastante siniestra. Sí, le creía, pero eso no quitaba que estuviese como una cabra
    -Señor Twist, mire, creo que lo mejor es que me vaya. Le diré una cosa, no obstante, antes de irme. Tiene que olvidar lo que pasó, tiene...
    -¡No puedo, sus ojos me persiguen! A donde quiera que voy siento esos ojos detrás de mí, clavados en mi espalda, deseosos de mi sangre, unos ojos que esperan a que mi cuerpo esté lo bastante distraído y... –Dio un salto sobre su sillón mientras profería un ruidoso “¡BAM!” y, al caer se sentó de piernas cruzadas, hizo una pausa, sonrió y continuó hablando-, te desgarra la yugular.



Y∑
Siempre Yachi :)

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