jueves, 21 de octubre de 2010

4 de agosto...

Tal vez sea masoca, imbécil o, simplemente, tonta… pero confieso que no puedo dejar de leer esa conversación. ¿Por qué? Hum… ni idea (para variar, claro) Es que es inexplicable que quiera seguir leyendo cuando sé lo que va a venir, lo que él va a escribir, cómo me va a partir el alma en mil y un pedazos y como yo, ignorante e ilusa, voy a intentar recoger todos esos pedazos y arreglar las cosas, queriendo borrar esa frase escrita… Esas palabras que dije y no sentí, esas palabras que, en realidad, no tenían sentido para mí; esa frase que salió de mi interior de la rabia del momento, de la impotencia que sentía de sentir que esa persona se esfumaba de mi vida con cada palabra que yo decía intentando arreglar algo sin arreglo. Y vuelvo a leer otra vez esa conversación preguntándome cómo es posible que haya decidido guardarla y que no sea capaz de borrarla, de eliminarla, de vaciar la papelera… No, no soy capaz, y no sé por qué. Todo sería tan fácil... dar media vuelta, andar recto, no mirar atrás…
.
¿Qué me cuesta borrarla? Sólo es un conjunto de palabras que, además, están escritas de la forma más dolorosa posible y poco más… Sin embargo, esa conversación es mucho más que una conversación dolorosa, más que un puñal en mi interior, más que una vía para no parar de llorar, de odiarme a mí misma por haberle dejado escapar de esta forma tan absurda; es una, la única, forma que tengo de saber que realmente me quiso, que no me lo he imaginado, que hubo algo y que, para bien o para mal, sigue ahí, de alguna forma. Es algo a lo que atenerme. Es algo que, a pesar de ser doloroso, me reconforta pues, en cierto modo, sé que a él también le ha dolido esa conversación, que tampoco quería decir las cosas como las dijo, que no las sentía así y que, si las relee, seguramente acabe pensando todo esto que digo yo… o no, ¿a quién le importa? Suena cruel, rencoroso pero… bueno, a estas alturas, algo malo tendría que salir, ¿no? No todo es compadecerse de una misma, supongo.
.
Sólo quiero arreglar las cosas, quererle, que me queira o que, por lo menos, sigamos como siempre… mientras lo consigo, pasaré las horas muertas escuchando musica triste para ponerme aún peor de lo que estoy, odiándome un poco más y leyendo una y otra vez esa conversación… pero… ¿por qué?
.
Tal vez porque soy estúpida, tal vez porque soy masoca, tal vez porque soy rematadamente anormal o… Bueno, tal vez sea porque te quiero demasiado...

No hay comentarios: