miércoles, 5 de junio de 2013

Emptiness


Como un salto en el vacío...
Todo se echaba encima, una vez más. Como si fuese demasiado pesado, como si no fuese posible soportar una presión similar. Alice se llevó las manos a la cabeza, aguantando las lágrimas
Vamos, tranquila, céntrate, se repetía una y otra vez. Tranquila, tranquila...
Su voz sonaba suave, propicia para alcanzar la tranquilidad que estaba buscando por encima de todo.
No vas a ser tan idiota como para agobiarte por esto, ¿verdad? Dormir es de cobardes. Tú puedes. Sé que puedes.
De repente, la voz volvió. Una vez más. Ni siquiera sabía cuánto tiempo llevaba sin oírla.
-Hazlo.
Alice vaciló. Por un segundo, miró su muñeca.
Apretó los puños.
-No.
-¿Por qué no? Sabes que aliviará esta presión. Es muy molesta, ¿sabes?
-No.
-¿Mantienes tu promesa?
-No sólo eso. Dánae tampoco me lo perdonaría.
-¿Y vas a pedirle permiso?
-No. Joder. Pasa de mí. Tengo que estudiar.
-No te da tiempo. suspenderás, y tendrás que quedarte aquí más tiempo aún. Y si te quedas, eres mía. Y lo sabes. Sucumbirás.
-Por eso mismo. No puedo permitirme el lujo de arriesgarme. He terminado conversaciones hoy más rápidamente de lo que querría por esta puta presión, conversaciones con gente que me importa más que tú. Así que haz el favor. Si tan convencida estás de que sucumbiré, no sé a qué viene meterme tanta prisa.
La voz se calló un segundo
-Tienes razón.
Alice sonrió.
Se puso manos a la obra, sin pararse a pensar en aquella pequeña discusión. Sin más, una frase, lapidaria, le cruzó la espina dorsal.
-Nos vemos...


No hay comentarios: