domingo, 12 de mayo de 2013

Slavery


Hoy te he sentido lejos, mucho. Como si tres mundos nos separase, aunque nuestras mentes sigan igual de acompasadan... Como si siguiésemos latiendo a un mismo ritmo, pero sin poder demostrarlo... Antes no era así, ¿recuerdas? Antes nos veíamos. Antes nos mirábamos, y sabíamos lo que la otra pensaba... y sonreíamos. A la vez. Siempre ha sido así...
Hay momentos en los que me pregunto si te acordarás de mí de la manera en que yo me acuerdo de ti, si mirarás las fotos, las cartas, los recuerdos narrados en un viejo cuaderno...
Te echo tanto de menos... A veces me gustaría dejarlo todo, todo, para aparecer en tu ventana y obligarte a sonreír. A recordarte que no hay motivos para estar triste, aunque yo no sepa hacer otra cosa que llorar cuando las cosas se complican... Siento que me falta la fuerza para luchar con esta situación. Con esta distancia que me afecta tanto sin necesidad... Porque te tengo al lado, y no puedo verte. No puedo abrazarte. No puedo verte sonreír... Creo que eso es lo que peor llevo... Tú sonrisa. Joder...

Me siento como una esclava... Una esclava de tu sonrisa. Como siempre lo he sido... Como siempre lo seré...

1 comentario:

Christine Pavlov dijo...

Mejor se esclava de una sonrisa que de un sentimiento. El sentimiento siempre va a estar ahí, irremediablemente para bien o para mal. Una sonrisa quizás la podrás ver hoy, pero mañana y pasado quizás no, y eso es necesidad, necesidad de amar, de adorar, un deseo constante. Y como necesidad que es, a la larga se va a satisfacer, pero un sentimiento no, por suerte o por desgracia, queda grabado con fuego en el alma.

Lamento tu mal trago, esta circunstancia que te rodea, pero debes mirar lo positivo que te pueda transmitir este hecho.