domingo, 24 de agosto de 2014

Hola, querida Tristeza.



Para cuando te noto,
es demasiado
tarde.
Te adentras en mi pecho,
me aprisionas.

Y te reconozco.
Joder si te reconozco.
Al jodido instante.

Tus susurros en mi cuello,
tu ausencia aplastante.
Te diría que me dejases,
vieja enemiga,
conocida compañera.
Pero esta noche, tú
serás la que llore mis penas.

Hola, vieja amiga.

Hola, querida Tristeza.

No hay comentarios: