Me he hartado de contar los días. Al principio era divertido, curioso por lo menos, pero ya ni siquiera me sorprende. Ni siquiera sigo contando las noches seguidas que ella se ha pasado por mis sueños, en los que, por cierto, ya está como Pedro por su casa.

Estoy harta. Harta porque, cuando me despierto, sé que todo ha sido un sueño, un producto de mi subconsciente que me grita que la quiere, que la necesita, que no quiere pasar las noches sin ella... que me implora que haga algo por conseguir lo que ambos queremos...
[Dicen que los sueños son el reflejo del alma... Yo creo que el alma es el reflejo de los sueños]
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